Rosario UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO EN CAYEY DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES LA HISTORIA COMO MEMORIA DE LA HUMANIDAD PARTE II* Muchas gracias por venir a esta segunda parte de mi presentación sobre la historia como memoria de la humanidad Podemos resumir la discusión de la primera parte en términos sencillos: nuestra memoria es bien falible; es mucho más incierta que lo que aparenta cotidianamente y que lo que estamos dispuestos a admitir Esto nos preocupa a la luz de nuestro sentido de continuidad que contempla un pasado que se extiende indefinidamente, nos dice “lo ocurrido” y así nos orienta hacia el futuro Toda la evidencia científica en cuanto a la fiabilidad de la memoria apunta en esa dirección incómoda Nuestra mente no observa el mundo tal y como es, sino que en gran medida inventa lo que percibe, como pudimos ver un pequeño experimento la vez pasada Lo que nuestro cerebro acumula de la percepción es notablemente poco y bastante selectivo (Eagleman cap.2) Sobre esa base, cualquier vacío que quede se “llena” un relato —una teoría mental— que nuestra mente inventa y que muchas veces elabora a medida que pasan los años sin que nos demos cuenta (Ehrman, Jesus; Gazzaniga cap, 8;.Loftus; Loftus et al.; Loftus y Ketcham, The Myth; Witness; Schacter; Shaw) * © 2017, Pedro M Rosario Barbosa Se hace disponible este escrito bajo la Licencia de Creative Commons Atribución 4.0 o de cualquier versión posterior de la misma http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/ Conferencia que se llevó a cabo el de marzo de 2017, en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, auspiciado por el Departamento de Humanidades Rosario En el campo de la bioética, específicamente en la neuroética y el derecho, se planteado en numerosas ocasiones el serio problema que representan estos descubrimientos a la hora de evaluar las aserciones de testigos en los tribunales (Gazzaniga ch 8; Loftus et al.; Loftus y Ketcham, Witness) De este asunto se obtienen unas consecuencias muy importantes para la historiografía y plantea unos problemas teoréticos para la historiografía contemporánea, además de que problematiza algunos asuntos pendientes a discutirse en filosofía de la historia Por ejemplo, ¿debemos confiar en los testimonios documentales a prima facie, los tomamos pinzas o los cualificamos a la luz de alguna otra evidencia externa? Muchos historiadores bien formados en su campo conocen ya la respuesta a esta pregunta Aquí discutiré algunos aspectos de este y otros problemas relacionados No obstante esto, la interrogante invita a la investigación de un campo teorético fascinante Por falta de tiempo, en esta presentación solo podré mencionar unos poqsimos elementos de esa discusión No obstante nuestra limitación de tiempo, quiero ilustrar este punto al contarles un relato bien conocido en Filosofía En un viernes por la noche, el 25 de octubre de 1946 en Cambridge, después de dejar de existir el Círculo de Viena, todavía algunos filósofos se reunían alrededor de la figura carismática de Ludwig Wittgenstein Según aquellos que le conocieron, él tenía el arte de captar silenciosamente la atención de sus espectadores, siempre un rostro en ademán de agudo pensador, cuya dislexia nunca le impedía plantear unos asuntos importantes en cuanto a la esfera del lenguaje (Hintikka) Este es el Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas, obra publicada póstumamente y que todavía se considera una de las obras filosóficas más importantes del siglo XX En esa sala de conferencias, ante un público espectador, planteó lo que solía sostener desde su juventud: que no hay tal cosa como problemas filosóficos genuinos Algunos de los presentes que le contemplaban serenamente Rosario estaban escépticos ante sus palabras Estaba entre ellos otro de los más grandes filósofos del siglo XX, Karl Raimond Popper, uno de los pilares de la filosofía de las ciencias contemporánea Estaba Wittgenstein sentado al lado de una chimenea un hurgón cerca a él y que de vez en cuando y de cuando en vez, utilizaba para atizar la lumbre Popper interrumpió su exposición y quiso objetar su posición controversial en torno a los problemas filosóficos Él le preguntó: “¿Qué hay del conocimiento por inducción?” Wittgenstein le respondió diciendo que esa cuestión era una lógica, no filosófica Popper no se rindió, “¿Y qué hay de la pregunta de si existen verdaderos infinitos?” Wittgenstein le dijo que esa era una pregunta para la matemática Popper insistió: “¿Y qué pasa los enunciados de la ética?” A esto, Wittgenstein se quedó pensativo e invitó a Popper a que diera un ejemplo Ni corto ni peresozo, el distinguido epistemólogo le dio un muy buen ejemplo de ello mientras que Wittgenstein atizaba el fuego el hurgón Le dijo: “Un buen enunciado moral es: ‘no amenazar a los conferenciantes invitados un hurgón’.” Wittgenstein se hirvió de coraje, lanzó el hurgón a un lado, se levantó de su asiento, salió, tiró la puerta y se fue (Popper, Unended 141-142) Este relato es más entretenido cada vez que lo leo en la obra de Popper Solo que hay un problema el relato popperiano No existe una sola versión del incidente, hay muchas Por ejemplo, en una en particular, no era Popper el ofensor, sino Bertrand Russell, en otras Peter Geach, aun en otras Stephen Toulmin Todos estos nombres los sugirieron testigos presenciales Sin embargo, uno podría decir que Popper tenía el mejor recuerdo, ya que él mismo llevó a cabo la disputa Wittgenstein Advertencia: tengamos en cuenta que nuestra mente nos hace malas jugadas y a veces nos acordamos de cosas que realmente no ocurrieron, aun cuando juramos que sí acontecieron ¿Podría ser Popper uno de esos casos? Por ejemplo, hay evidencia amplia de que Wittgenstein usualmente no solía escuchar a sus oponentes o que frecuentemente se iba de reuniones mucho antes de que terminaran Según otros testigos, era Rosario Popper el que estaba hablando y Wittgenstein el que interrumpió Otros decían que tras la interrupción que Wittgenstein le hizo a Popper, recogió un hurgón y lo utilizó para salarle No se sabe si el hurgón estaba rojo por lo caliente de la lumbre o si hubo tal lumbre Otros decían que no tiró la puerta, sino que Wittgenstein se fue de la sala silenciosamente Otros insistían que se fue antes de que Popper sugiriera como enunciado moral el no amenazar a los confereciantes un hurgón En todo caso, hay una sospecha razonable de que el mismo Popper promoviera su propio relato en que aparecía triunfante sobre un Wittgenstein hostil y terminó creyéndose su propio cuento (Wright cap 1) A fin de cuentas, un servidor puede constatar ocasiones en que Popper distorsiona ligeramente (aunque no es claro si a propósito o no) la posición de rivales para después decirnos como les superó (e.g Rosario Barbosa 77-78; véase también Fernandes) Lo único que puedo decirles es que ningún historiador sabe absoluta certeza lo que ocurrió esa noche … aunque todo indica que algo ocurrió que involucró a Wittgenstein y tal vez un hurgón Fíjense que esto no ocurrió en la Antigüedad o en la Edad Media ni tan siquiera tres siglos atrás, sino hace un poco más de 70 años Hay acontecimientos mucho más antiguos que sabemos mayor certeza qué ocurrió Hay otros en que sabemos mucho menos, o porque carecemos de información totalmente o debido a que los acontecimientos relatados parecen puramente fantasiosos Tal es la naturaleza de la historia como análoga a la memoria humana Así como nuestro cerebro solo guarda unas pizcas de información y sin que nos demos cuenta las rellena un relato más completo, de la misma manera la historia es así de creativa Ella cuenta lo que llamaré “materia prima”: documentos originados en distintos espacios y tiempos determinados, objetos hallados arqueológicamente, estructuras todavía existentes, entorno natural, entorno social, vestigios culturales de tradiciones del pasado, palabras cotidianas, hábitos y vestimentas, entre muchos otros factores La historia como ciencia fáctica Rosario busca un esquema explicativo de orden temporal para explicar desde sociedades pasadas cómo llegamos al estado de cosas presente basando dicha formulación teorética en la materia prima Dicha teoría escoge los elementos de la materia prima como datos y de ellos constituyen unos elementos de más alto nivel, los hechos históricos En otras palabras, estas teorías edifican los hechos sobre la materia prima distintos grados de certeza, frecuentemente rellenando vacíos de información no provista base en dicha materia prima Esencialmente lo que leemos en nuestros libros de texto no es otra cosa que la mejor teoría que tenemos en el presente sobre lo ocurrido en el pasado Tengamos en cuenta que frecuentemente es lo que el autor o autores de dicho libro juzgan que es la mejor teoría, aunque no por ello implique un “free for all” subjetivo Tengamos en cuenta que un historiador se encuentra atado a un ámbito de debate que usualmente no le permite sucumbir mucho en la arbitrariedad subjetiva Como individuos y como colectivos, los seres humanos estamos profundamente movidos por la búsqueda de dos factores: por explicaciones satisfactorias del presente y por narraciones que nos apelan y nos dan sentido temporal a nivel individual o colectivo No son lo mismo, pero los dos gradualmente se unifican en la conciencia humana en una sola cosa De ahí provienen ambas, la mitología y la historia Hoy día sabemos que los dioses egipcios, los de los etruscos, los de los griegos, los de los romanos, entre otros, no comenzaron teniendo una biografía Muchos de ellos comenzaron en calidad de dioses tribales Algunos de ellos se volvieron familiares Otros explicaban el viaje a la otra vida (Day; Gibson; Grummond; PérezAccino; Smith) En las versiones más primitivas de la mitología egipcia, parece que los chacales eran considerados, de alguna manera, puertas y medios de transformación para la vida después de la muerte, ya que ellos se nutrían de animales y seres humanos muertos que encontraran en el desierto De ahí parece proceder la idea primitiva de que el guía del inframundo era Anubis, representado la cabeza de un chacal (Pérez-Accino 20-26) En las paredes de los grandes Rosario monumentos del Antiguo Egipto describían lo que ocurría después de que el alma, abandonaba el cuerpo (26) Sin embargo, lo sorprendente era que los dioses no tenían biografía No fue hasta Plutarco, su cultura griega afín a la vida y personalidad de las deidades, que llegamos a conocer ciertos relatos de sus biografías no contadas por los jeroglíficos en monumentos egipcios por milenios Es allí que conocemos lo que ocurrió Isis, Osiris, Set y Horus (PérezAccino 27-28) Los dioses romanos y etruscos no parecían tener biografía originalmente, pero la fueron adoptando la misma forma y materia de la mitología griega Por otro lado, los dioses griegos, probablemente tampoco tenían biografía en su origen sino que comenzaron siendo dioses tribales, cada uno representando a distintas tribus o pueblos La confrontación de unos pueblos otros se representaba oral y literariamente como enfrentamientos entre los dioses mismos Sobre estos relatos se crearon unas narraciones de más alto nivel de índole explicativa Estas fueron las famosas teogonías y cosmogonías Por eso la Ilíada de Homero (s VIII a.C.) se escribió antes que la Teogonía de Hesíodo (s VIII-VII a.C.), ya que este último trataba de dar mejor sentido de coherencia y consistencia a las diversas tradiciones en torno a los dioses “Homero” (quien o quienes hayan sido) no se ocupó mucho en reflexionar en torno a coherencia y consistencia a la hora de narrar lo acontecido por la cólera de Aquileo Por eso, antes de cosmogonía, existe la cosmología Una vez existe una teoría de esta es explicada posteriormente por aquella En el Medio Oriente, tenemos un mundo similar que se desborda de creatividad mitológica en cuanto a la interacción entre héroes, patriarcas y dioses como relatos etiológicos sobre los diversos pueblos de esa región (Day; Gibson; Smith) La raíz del culto a los dioses y de su posterior biografía, teogonía y cosmogonía es exactamente la misma que la de la historia: la búsqueda de explicaciones de acontecimientos presentes por parte de un colectivo social En la primera parte de nuestra presentación vimos cómo bastante de nuestra memoria es puramente creación mental Esto se debe a lo que el Rosario filósofo Edmund Husserl saló hace poco más de un siglo, que para que hubiera conciencia, tenía que haber como sine qua non una temporalidad (fenomenológica) que le diera al presente un sentido del pasado y orientara a nuestro yo hacia el futuro En otras palabras, no habría conciencia sin que hay aunque sea un mínimo de temporalidad fenomenológica (Ideas 270-273) Desde esta perspectiva, todo lo expuesto nos brinda la existencia incuestionable de la conciencia colectiva, resultado emergente de la interacción cultural entre seres y grupos humanos que le dan sentido a su presente Por esta razón, en os recientes, filósofos, científicos e historiadores han reconceptuado su aproximación al universo de uno pensado en términos de acumulación de datos del pasado a uno que consiste en la Gran Narración (en inglés “Great Story”) o la Gran Historia (Big History), la más grande teoría científica e histórica que le da sentido a todos esos datos acumulados en una nueva épica cósmica, evolucionista y cosmológica, de la cual nuestra historia (en el sentido riguroso del término) forma parte (Altschuler; Rue; Swimme) Como diría el biólogo E O Wilson: “La épica evolucionaria es probablemente el mejor mito que tendremos” (201) Hay que enfatizar que Wilson aquí no habla de “mito” como sinónimo de falsedad, sino como una narración, en este caso base factual, que le da sentido al presente, inspira y nos mueve por eso al futuro La misma naturaleza que nos proveyó esta incesante compulsión para la búsqueda de explicaciones, nos dio el regalo de la razón y la empatía, ambos de los que nos servimos a la hora de buscar explicaciones, ya no fantásticas, sino más bien científicas Como dice Aristóteles en su Metafísica, por naturaleza todo ser humano tiene una sed de conocimiento y esto solo puede satisfacerse una aproximación científica al Véase: “The Big History Project” en https://school.bighistoryproject.com; “Center for the Story of the Universe” en http://storyoftheuniverse.org/; “Cosmic Evolution” en https://www.cfa.harvard.edu/~ejchaisson/cosmic_evolution/docs/splash.html; “The Great Story” en http://thegreatstory.org/; “Journey of the Universe” en http://journeyoftheuniverse.com/ Rosario mundo (69; A 281a) Ese niño de dos años que todos llevamos por dentro, que pregunta “¿por qué?” en cada respiro, nunca desaparece por completo La pregunta principal que nos concierne desde un punto de vista histórico es, “¿qué fue lo que pasó?” Como todo historiador sabe, ahí tenemos grandes problemas Gran parte de la dificultad radica en el hecho de que bastante de la materia prima consiste en documentación que contiene testimonios de individuos que en principio debemos cuestionar a la luz de lo que vimos en la primera parte de la conferencia Distintos autores del pasado se parecen mucho a la manera en que nuestras neuronas operan a la hora de recordar algún acontecimiento Bastante de lo que recordamos es una composición mental que muchas veces deja influenciarse por prejuicios, presiones de grupos, malas percepciones, intereses personales, económicos y políticos, entre otras consideraciones que frecuentemente se ponderan inconscientemente y que, por ende, se escapan de nuestra atención Esto se puede demostrar también a nivel de testimonio documental y la manera en que algunos historiadores eligen lo que consideran mejor evidencia Por ejemplo, muchas personas dan por bueno el testimonio de Aristóteles de que Tales de Mileto pensaba que el origen de todo se encontraba en el elemento del agua (81; A 983b) Denme un vellón por cada filósofo que repite este testimonio en el salón de clases y sería millonario Aristóteles hacía esta aserción dentro de su marco teórico del pasado, en el que contemplaba a los primeros filósofos como postulantes de los elementos primordiales de donde procedió el universo La razón de por qué se privilegiaba a esta manera de mirar a Tales se debe al prestigio del que la exponía Sin embargo, cuando se piensa más al respecto, que Aristóteles escribió esto siglos después de Tales y que su testimonio no parece coincidir los de otros, hay que ponerle signos de interrogación a sus aserciones De acuerdo un buen número de testimonios, Tales pensaba más bien que la tierra se extiende y flota sobre el agua como un Rosario leño, no que la tierra procede del agua (Bernabé 48-49) Esto es bien importante por dos razones, en primer lugar porque lo pone en el contexto de su época Esta era es una en que los diversos relatos mitológicos, fueran egipcios, griegos, ugaríticos, israelitas y de otros pueblos —con los que él tuvo contacto comercial— postulaban como explicación teogónica y cosmogónica el agua y cómo la tierra se formó como algo distinto que terminó flotando sobre el océano (Bernabé 44-45) En segundo lugar, al tener esto en cuenta, vemos cuál es la verdadera virtud de Tales de Mileto, el de haber separado por primera vez la cosmología de la teogonía, la búsqueda de la comprensión natural del cosmos sin recurrir a los dioses para ello Eso le hace para todos los efectos el primer filósofo y científico que conocemos hasta que aparezca nueva evidencia que indique algo distinto ¿Hay garantía de que nuestra conclusión sea 100% correcta y que Aristóteles esté mal? No existe tal seguridad y parece que nunca la habrá Sin embargo, a falta de un mejor fundamento racional para comprender nuestra documentación disponible, este es, por decirlo así, nuestro mejor recuerdo de Tales de Mileto, aun cuando a nivel popular, haya persistido uno de los peores recuerdos, el de Aristóteles Lo mismo ocurre la memoria sostenida gracias a diversos prejuicios, pueden ser políticos o religiosos y que, como diría Friedrich Engels, actúan como un duendecillo que ronda la cabeza de los mortales En el siguiente caso, el religioso es el que más sobresale Cuando se leen y comparan textos tales como los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) salta a la vista las contradicciones entre unos a otros en cuanto a detalles históricos, biográficos, doctrinales de ese personaje que es a todas luces histórico, Jesús de Nazaret Es evidente que cuando abrimos los evangelios, nos dicen bien explícitamente que Jesús era el Hijo de Dios porque en otros y él mismo así lo confesaban.2 Sin embargo, surge una serie de interrogantes Marcos fue el primer evangelio escrito (ca 68 d.C.) y el último, Juan (ca 100 d.C.) Eso significa que el e.g Mt 16:16; Mc 1:11; Lc 1:35-36; Jn 1:18 Rosario 10 primer evangelio se escribió 40 os desps de los eventos que relata Como hemos visto el ejemplo de Popper y Wittgenstein, en términos de tradición oral y memoria de los testigos, esto no pinta nada positivo desde un punto de vista estrictamente histórico ¿Podemos decir, por ejemplo, que Marcos retiene un buen “recuerdo” de Jesús? Él nunca conoció a ese profeta, pero la memoria de este se halla impresa a partir de unas tradiciones orales sobre él Hay elementos de su relato que sin lugar a dudas tienen altas probabilidades de haber ocurrido históricamente: su bautismo por parte de Juan el Bautista, su predicación del Reino de Yahveh, su crucifixión y así por el estilo Sin embargo, hay un tipo de recuerdo que se mantiene que no es evidente hasta que se analiza la estructura narrativa de dicho evangelio Varios biblistas decimonónicos sostenían que la simplicidad y la crudeza de su contenido revelaba que era fiable Sin embargo, a principios del siglo XX, un estudioso alemán, William Wrede, escribió un libro llamado El secreto mesiánico, donde afirmaba que en Marcos encontramos un motif que le guiaba: que cuando alguien reconocía a Jesús como Mesías o Hijo de Dios, él les silenciaba Esto es muy revelador No perdamos de perspectiva que este es cronológicamente nuestro primer evangelio.4 Esto significa que de acuerdo a los testimonios más tempranos los que contamos, Jesús nunca se autodenominó “Hijo de Dios” en público (Ehrman, Jesus 59-61) Cuando esto se combina las tradiciones más antiguas de la resurrección de Jesús que se citan en las cartas de Pablo y en Hechos de los Apóstoles, de que Jesús se volvió Hijo de Dios en el momento de su resurrección, el resultado es ineqvoco Jesús nunca se autodenominó “Hijo de Dios” ni en público ni en privado a sus discípulos, sino que ese título le fue dado por sus seguidores como una confesión pospascual en combinación la proclamación de su resurrección y de manera retante al emperador, que en aquel momento era considerado una e.g Mc 1:25,44; 3:11-12; 7:36 Los evangelios de Mateo y Lucas se basaron fuertemente en el de Marcos, por ende, algunos de sus relatos de los primeros son casi los mismos (a veces ligeramente modificados) que se basan fuertemente en el testimonio de este último Hch 5:30-31; 13:32-33; Rom 1:3-4 Rosario 11 deidad Esto significa que todos los pasajes en los evangelios en que Jesús parece autodenominarse Hijo de Dios no se remiten a él y mostrando así los prejuicios de cristianos décadas después de la muerte de la figura que tanto reverenciaban Este silencio de Jesús en cuanto al título de “Hijo de Dios” parece ser el mejor recuerdo en torno a este profeta apocalíptico aun cuando el mal recuerdo sigue prevaleciendo por razones de fe El hecho de que una noticia nos haya llegado de alguna figura religiosa también influye en cuanto a la memoria histórica Eusebio de Cesarea, escribió su Vida de Constantino no solo como un elogio al emperador recientemente fallecido (337 d.C.), sino también como un texto que se empeñaba en convencer al público cuán cristiano era él Meramente este hecho nos hace preguntarnos en torno si realmente lo fue: usted usualmente no intenta convencer al público de algo del que este está muy persuadido Varios expertos en Constantino el Grande han alertado al problema de la fiabilidad de Eusebio de Cesarea, incluyendo su narración dudosa de cómo Constantino le reveló en privado y bajo juramento la aparición del lábaro y la cruz en el cielo que le llevó eventualmente al triunfo de su enfrentamiento Maximinio en la Batalla del Puente Milvio (312 d.C.) (170-174; I.28-32) Convenientemente ocurren dos cosas En primer lugar, el muerto Constantino no puede corroborar el relato del vivo Eusebio Segundo, omite que dos años antes de ese evento, el mismo Constantino decía haber tenido una visión de Sol Invictus la diosa Victoria entregándole un signo sospechosamente semejante al chi-rho que hoy día se toma como símbolo cristiano (Kee 8-9; Lenski 53-56; Stephenson 129; Tollinchi 425) Falló en mencionar también que Constantino hizo una estatua de sí mismo como el dios Sol, que la legislación en torno al domingo no tenía nada que ver la resurrección de Cristo, sino el hecho de que era el día dedicado al Sol, que hay monedas que aluden a Júpiter, a Sol Invictus, a Victoria y a otros, pero que no hay alusión clara al dios cristiano (Kee 20-22; Theodosii 2.8.1) Por eso y por muchas otras razones, el eminente erudito del siglo XIX, Jakob Rosario 12 Buckhardt sostenía que Eusebio de Cesarea era algo así como un mentiroso compulsivo a la hora de presentar apologías cristianas (293) Aun así, el crítico Alistair Kee nos advierte contra esta exageración de Buckhardt y recuerda que aun en su Vida de Constantino se pueden rescatar algunos aspectos importantes de lo que realmente hizo este emperador y cómo pensaba (11-12) Por ejemplo, argumenta Kee que son fiables las citas de Eusebio de la documentación del emperador (cartas, decretos, expresiones públicas, etc.), entre otras menciones que deben tomarse cautela y que se basan en acontecimientos ocurridos (Kee 58-69) Un ejemplo jocoso de ello se encuentra en una citada carta que dirigió el ambicioso emperador romano a Alejandro y a Arrio en cuanto a la disputa de la llamada “herejía arriana”: si Cristo era creación divina pero de la misma naturaleza de Dios Padre o si Cristo era cosustancial él y tan Dios como el Padre (Kee 109-114) Quisiera recordarles dos cosas: Primero, no olvidemos que esto no es un mero debate entre cristianos, sino un asunto que estaba llevando a poblaciones enteras cristianas y no cristianas en Asia y Egipto a un enfrentamiento mutuo que amenazaba resquebrajar el imperio por el que Constantino luchó tan arduamente por unificar Segundo, recordemos que el propósito del escrito de Eusebio, Vida de Constantino, era probar que el emperador era efectivamente cristiano En este caso, citaba la carta para probar cómo Constantino fomentaba la paz y la concordia entre ellos Pues, cuando Eusebio cita la epístola se satisface esta necesidad literaria inmediata, pero a expensas de la tesis central de su libro: que Constantino era un devoto cristiano Dice Constantino que ponderar sobre este problema es “totalmente irrelevante”, “asunto que debió haber sido relegado al silencio”, “fomenta la charlatanería de un ocio baldío”, “trata de asuntos abstrusos”, “asuntos nimios e ínfimos”, “puras disputas verbalísticas, banales e imprescindibles” y procede a decir: Es algo que rezuma vulgaridad, y en vez de acordar la sensatez de sacerdotes y hombres prudentes, armoniza más las tonterías propias de chiquillos Rosario 13 Les invitó a no dejarse tentar por el diablo en torno a estos asuntos (Eusebio 251-260; II.64-72) Debido a que la carta no fue suficiente para calmarles, para salvar su imperio, Constantino en calidad de pontifex maximus convocó al Concilio de Niscea Estos ejemplos que traemos a colación demuestran unas semejanzas nuestra memoria neurológica, pero debemos notar también unas diferencias importantes Los recuerdos tienden a ser mucho más fugaces No tanto así los objetos del pasado, nuestra materia prima histórica Aun si tratamos documentos reproducidos por siglos como los del Nuevo Testamento, la pérdida de información puede ser mínima Aun cuando según los eruditos contamos entre los 2,500 textos antiguos y medievales 300,000 a 400,000 variantes, la inmensa mayoría no tienen importancia en lo absoluto De las que sí tienen importancia, esas variantes no constituyen más del 5% de esos textos (Ehrman, Misquoting cap 2) Otros documentos se han perdido por accidentes, por considerarse desperdicio o por retar la ideología dominante Aun todo eso persiste una materia prima que nos invita a teorizar sobre ella Gracias a ella la historia se encuentra dentro del complejo espiritual historiográfico –entiéndase por el término “espiritual” el debate diario y constante que existe en la actividad historiográfica— el cual podemos aplicar justificadamente unos criterios rigor para descubrir lo que la materia prima implica aunque no nos lo diga directamente En los ejemplos que hemos visto del Nuevo Testamento y la Vida de Constantino se utilizó lo que se conoce como el criterio de dificultad: es decir, el criterio que busca aquellos elementos inconsistentes o contrarios al propósito de la obra del autor Marcos (quien sea que haya sido) quiere demostrar que Jesús es Hijo de Dios, aunque intenta proveer una explicación de por qué este nunca se autodenominó así Eusebio quería exponer la evidencia de que Constantino promovía la paz Rosario 14 entre los cristianos como prueba de su lealtad al Dios judeocristiano, pero sirviéndose de una carta del emperador en la que él manifiesta, muy a pesar de Eusebio, una convicción contraria Otras aproximaciones tienen un cierto ideal de lo que los filósofos de las ciencias llamamos “verosimilitud”, es decir, a la luz de la evidencia existente o nueva, cl teoría histórica tiene mayor probabilidad de ser factual en relación otras Esto debemos combinarlo el sumo cuidado de no interpretar el pasado en términos del presente y sin olvidar el contexto social del acontecimiento que tratamos de explicar Por ejemplo, en La Revolución Puertorriqua de 1868, Francisco Moscoso cuestiona a Lidio Cruz Monclova y su caracterización de Ramón Power y Giralt, cuando le presenta dentro de un marco de cierta modalidad de autonomismo y su relación el independentismo de mediados del siglo XX Gracias a la documentación disponible, nos podemos dar cuenta de que Cruz Monclova proyectó hacia el pasado una realidad política puertorriqua de los os 50 Por otro lado, Moscoso postula su hipótesis a partir de la cualificación de documentos al respecto: entre las fuerzas independentistas y autonomistas no había una división tajante sino que algunos grupos combinaron la lucha por la independencia y la adopción de medidas para representar a Puerto Rico en las Cortes, para que se considerara provincia española Desde esa perspectiva, debemos comprender que lo que Power estaba tratando de hacer no debe entenderse necesariamente como un acto independentista o autonomista en el sentido clásico y a su vez explica por qué Power parece disimular su conocimiento de las insurrecciones en Venezuela, mientras que, irónicamente, advierte a la metrópoli que no sería fácil apagar esa lumbre social (13-18) Otra manera en que se comete el mismo error ocurre cuando vemos las divisiones políticas del pasado a la luz de las actuales, lo que frecuentemente nos lleva a asemejar demasiado la división actual entre populares y nuevoprogresistas la que hubo entre el Partido Federal (o el Partido Unión posteriormente) y el Partido Republicano Esta semejanza Rosario 15 olvida que los partidos de nuestro presente aspiran a cosas muy distintas a los del pasado Frecuentemente se dice que debido a medidas arancelarias tomadas por Estados Unidos en el 1913 que perjudicaban el comercio el azúcar, el Partido Unión había descartado la estadidad de su Base Quinta, quedándose solo la autonomía y la independencia como propuestas de estatus en su programa Este error repetido frecuentemente en libros de texto de historia supone que el liderato del Partido Unión representaba a sectores análogos a la división de estatus hoy día: estadstas, autonomistas e independentistas Sin embargo, cualquier consulta a las fuentes primarias lleva a la conclusión de que antes de 1912 en dicha Base solo estaban la estadidad y la independencia Por ende, cuando el Partido Unión descartó la estadidad solamente se quedó la independencia como propuesta de estatus (Lugo Amador 311, 317; Mattei Filardi 95-96) Hasta aq los ejemplos de nuestra presentación y los problemas que resaltamos en ellos ¿Por qué es esta discusión importante? Porque así como el recuerdo individual nos orienta al futuro, el recuerdo colectivo también lo hace Decisiones políticas actuales en torno a la medidas alimentarias o la llamada “soberanía alimentaria” en Puerto Rico frecuentemente tienen como fundamento una visión romántica, idealizada de la naturaleza, de la agricultura y de nuestro pasado en la ruralía Esto lleva frecuentemente a ciertas personas en Puerto Rico, incluyendo a intelectuales de primera y políticos de altura, a decidir en contra de tecnologías de producción de alimentos, cuyo uso aliviado el hambre de 1.3 millardos de personas en el mundo y reducido significativamente el tamaño de terreno a usarse para la actividad agrícola, dejando espacio para la persistencia de ecosistemas, tanto los locales como los globales Los argumentos que se suelen esgrimir en contra de estas tecnologías son usualmente ideológicas y raras veces contienen una pizca de evidencia genuinamente científica Rosario 16 Decisiones como la que tomó Estados Unidos al elegir a Donald Trump, se inspiran en un pasado repleto de la felicidad y paz de los suburbios de los años 50 y una falsa representación de los Padres Fundadores de esa nación como devotos cristianos Nada más lejos de la realidad En Puerto Rico, la prevalencia de un pasado no fáctico (y a veces antifáctico) lleva a convicciones equivocadas en torno a la adopción de alguna política pública sensata La idea de que al demonio se le puede derrotar ayuno y oración llevado a una promoción por la Cámara de Representantes de unos 40 días oración y ayuno en varios municipios de Puerto Rico durante la Cuaresma del 2017, violentando así la completa separación de Iglesia y estado que debe prevalecer bajo un estado de derechos y gobierno secular En el ámbito partidista, un sector importante del pueblo de Puerto Rico y, muy especialmente, sus líderes, no mueven un solo músculo político si no encuentran respuestaa la pregunta: “¿Q haría Moz?”, cuestionamiento cuya respuesta frecuentemente depende de unas perspectivas prejuiciadas y fantasiosas en torno a una de las figuras centrales de la historia puertorriqueña del siglo XX Los estadstas le atribuyen a su prócer, José Celso Barbosa, la aspiración a una estadidad como la que existe hoy día, perdiendo de perspectiva el cambio de contexto de lo que significa la “estadidad” a principios del siglo XX y lo que piensan los estadoístas y el Congreso estadounidense hoy día No es malo inspirarse patrióticamente en figuras del pasado, pero no lleguemos por ello a confusiones La independencia que es posible hoy no es la misma por la que abogaba José de Diego a principios del siglo XX, ni tan siquiera es la que quería Albizu o Concepción de Gracia Ninguno de estos personajes estaba de acuerdo ideológicamente el otro en cuanto al tipo de independencia que deseaban para el pueblo Sería, pues, un error pensar que, fuera de la aspiración a la libertad, todos estos personajes Mc 9:29 Irónicamente, hoy día los especialistas de Nuevo Testamento piensan que el texto original de Marcos hablaba solo de la oración y no del ayuno (Metzger 85) Rosario 17 históricos aprobarían una independencia como la que actualmente persigue el PIP en el siglo XXI En fin, así como nuestro pasado reconstruido por nuestra mente define nuestro presente individual y el curso de acción que tomaremos el futuro, lo mismo ocurre también a la hora de actuar conciencia colectiva Debemos distinguir entre contextos históricos y observar cuáles son nuestras opciones a la luz de los hechos reales legados por el pasado real, no unas narraciones fundadas en la pura fantasía Nuestra mente individual está sujeta a presiones y prejuicios de todo tipo que, sin que lo sepamos, configuran y modifican nuestros recuerdos La atención a los hechos demostrablemente disímiles al pasado que recordamos, puede corregir nuestra memoria personal De la misma manera, a nivel colectivo debemos buscar la manera de que la sociedad tome mejores decisiones cum fundamento in re (con fundamento en la evidencia dada) Hemos visto solo unos cuantos métodos para ello en esta presentación, pero nos quedamos cortos por falta de tiempo Solo hemos cubierto un área microscópica mucho más pequa que la punta de un gigantesco témpano de hielo Basta señalar que de la actividad espiritual historiográfica —de discusión y debate— salen nuestros mejores recuerdos colectivos, siempre en proceso de corrección y rigurosa evaluación a medida que pasan los os La adopción de una educación bancaria insípida y fría de los hechos del pasado sería un grave error Siguiendo la línea de E O Wilson, tenemos que mostrar ante el público un mito del pasado basado en los hechos históricamente y científicamente cualificados, que estrictamente hablando es resultado de la fantasía y la construcción mental colectiva de los historiadores, pero que son ficciones cum fundamento in re.7 ¿Cómo presentamos este nuevo mito de la Gran La frase “ficción cum fundamento in re” es uno que recojo de la obra de Edmund Husserl (Investigaciones 8283) Aunque originalmente él caracterizaba a las teorías físicas arregladas nomológico-deductivamente como ficciones que deben ser contrastadas la experiencia, extiendo esta noción al resto de las ciencias fácticas Ellas son hacedoras de teorías, por lo que su actividad requiere la fantasía narrativa y la imaginación de las circunstancias particulares del pasado para representarlo de manera verosímil y consistente la materia prima de la historia Rosario 18 Historia o de la Gran Narración? El mito, bien entendido, es una narración que apela, inspira y mueve, pero esta vez la aspiración a la verdad y a su correlato, el mejor conocimiento genuino de la realidad Ese debe ser nuestro reto Nuestro futuro depende en gran medida de mostrar a nuestra sociedad puertorriqueña este pasado inspirador tanto por investigaciones y simposios, junto a las artes, el teatro, la música y la literatura en relación todo lo mejor que hemos llegado a ser, para que una conciencia social bien formada podamos tomar las mejores decisiones de acción colectiva para un mejor mañana Muchas gracias Referencias Altschuler, Daniel Roberto Hijos de las estrellas Nuestro origen, evolución y futuro 4ta ed., Akal, 2015 Aristóteles, Metafísica Traducido por Tomás Calvo Martínez, Gredos, 1994 Bernabé, Alberto, editor y traductor Fragmentos presocráticos De Tales a Demócrito Alianza, 2010 Biblia de Jerusalén 4ta ed., Desclée de Brower, 2009 Buckhardt, Jacob The Age of Constantine the Great U of California P, 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En las paredes de los grandes Rosario