Chris Stoneel 2 de diciembre, 1996Ramón Díaz-Solísel 9o trabajoAdiós,
Cordera: primodistantede1984 Adiós, Cordera, un buen ejemplo del
movimiento naturalista, nos cuenta una historia triste pero muy sencilla y
pura. Su lenguaje descriptivo nos da una imagen perfecta de la escena
presentada. También, la inocencia del cuento, en sí mismo, resulta un
elemento integral de la trama. Estamos a discutir la verdadera
significación del cuento y a ver cuando vuelve a aparecer este estilo
literario. En la historia, Cordera, una vieja vaca que reemplaza el
hueco de una madre muerta. Cuida a los niños y ahí, con Cordera, se
diviertan los niños de ella. Tienen todavía a su padre, pero esa vaca
acaba haciendo el papel maternal. Con el desarrollo tecnológico de la
región, el granjero pierde su dinero; un fenómeno que siempre pasa
porque el venir de algo nuevo requiere que algo se vaya. A un cierto
momento, se da cuenta que va a tener que vender esa vaca sólo para
vivir. Los niños lloran mientras un tren llevando ganadería pasa por su
campo donde solían jugar con Cordera. Terminan gritando "¡Adiós,
Cordera, AdiósCorderade mi alma!" Luego, el hermano también se va y
de la misma wagón le grita la misma frase a su hermana que miraba
desde el campo precioso. Bueno, aquí vemos una vida tranquila rasgada
por la llegada de algo nuevo. No es un nuevo fenómeno de nuestra
existencia, sino un fenómeno familiar. Cada siglo ha producido sus
revolucionarios y los que convierten lo actual en lo histórico. Un
ferrocarril y el telégrafo cambian la economía y pues a los niños les
parece que esa nueva "cosa" "aruinó el orgullo de nuestro padre y nos
robó la única mamá que tenemos." Pero lo que me interesa más a
mí es las semejantes entre este cuento y la famosa novela, 1984. ¡Ojo!
Tal vez me cree loco: no se ve claramente a primera vista esa relación
entre las dos entidades; hay que analizar los símbolos de cada uno.
George Orwell nos cuenta una visión profética. Escrita sobre los
eventos del año 1984 d.C., la novela es una pesadilla de lo que puede
pasar con los adventos de nuevas tecnologías. El tren, el ferrocarril y el
telégrafo que cambian la vida de los niños (y de Cordera) representa lo
mismo que la televisión omniciente en 1984. No digo que las historias
son idénticas, sino que el mensaje es el mismo. Una diferencia
entre los dos es el sujeto del cuento (o novela según el caso). Clarín, o
sea Leopoldo Alas, se dirige a la destrucción de la naturaleza. Orwell, en
1984, nos describe la destrución del espíritu humano. Pero en realidad,
el resultado de los dos escenarios es la destrución de una manera de
vivir.
. Chris Stoneel 2 de diciembre, 1996Ramón Díaz-Solísel 9o trabajoAdiós,
Cordera: primo distante de 1984 Adiós, Cordera, un buen ejemplo del
movimiento naturalista,. "¡Adiós,
Cordera, Adiós Cordera de mi alma!" Luego, el hermano también se va y
de la misma wagón le grita la misma frase a su hermana que miraba
desde el